Principios de la Seguridad Social
Los principios fundamentales que rigen la seguridad social (según la OIT) son los siguientes:
Solidaridad: Tiene relación con el aporte que cada persona realiza al sistema de Seguridad Social según su capacidad de ingresos y que las prestaciones que debería recibir deben estar de acuerdo a sus necesidades. Esta es una herramienta indispensable al momento de cumplir con el objetivo esencial de la Seguridad Social, que es, la redistribución de la riqueza con justicia social. Este principio implica la solidaridad del sano con el enfermo, la del joven con el anciano (intergeneracional), pero también entre las personas de diferentes ingresos, de los que más tienen a los que menos tienen. (Re-formular)
Universalidad: La Seguridad Social debe cubrir todas las contingencias (riesgos) a las que están expuestas las personas que viven en sociedad. Todas deben estar amparadas por la Seguridad Social.
Participación: La sociedad debe involucrarse en la administración y dirección de la Seguridad Social a través de sus organizaciones representativas, y también de su financiamiento. Participación implica además, que todos quienes participan de la Seguridad Social, deben poder hacer sentir su opinión.
Igualdad: Todas las personas deben ser amparadas igualitariamente ante una misma contingencia.
Riesgos, incertidumbres y contingencias a las que se debe responder
En la vida de un/una trabajador/a pueden presentarse una serie de contingencias relacionadas tanto a lo laboral como a lo temporal, como son las enfermedades, la vejez, el desempleo, los accidentes comunes, la maternidad y la muerte.
Estas situaciones o “Contingencias Sociales” responden a eventos de “riesgo”, entendidos como acontecimientos que provocan que el/la trabajador/a necesite más ingresos o, directamente, comience a recibir menos. De estas situaciones se originan momentos de vulnerabilidad y necesidad. En respuesta a ellos, cada país ha desarrollado y establecido, según sus capacidades y configuración política, sus Sistemas de Seguridad Social.
El derecho a la Seguridad Social a través de los Sistemas Previsionales
En 1924, Chile fue el primer país de América Latina en establecer un programa de Previsión Social. Era un sistema solidario –o de reparto-, cuyo financiamiento se nutría de aportes del empleador, recursos estatales y un porcentaje del sueldo de los trabajadores. Todos estos recursos confluían en un fondo común con el cual se financiaban las diferentes prestaciones que otorgaba el sistema.
Desde entonces se han generado un conjunto de leyes, políticas y medidas de protección social para hacer frente a las situaciones de riesgo ya mencionadas. Este conjunto de medidas es lo que llamamos “Sistema Previsional”, ya que pretende solucionar problemas que se “pre” ven en el futuro a corto, mediano o largo plazo.